Lo que Dios quiere para tu corazón
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Prédica de Hoy: Lo que Dios quiere para tu corazón
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Texto Bíblico: ¨Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de el mana la vida” Proverbios 4:23
Introducción
El corazón es una fuente de vida por eso hay que cuidarlo, y guardarlo. El Señor nos habla desde nuestro corazón cuando mora en Él, pero ¿cómo puedo saber en qué condiciones esta mi corazón para recibir a Cristo? (Mateo 5:8).
Nuestros corazones puede que no se encuentren limpio, el mismo es una conexión entre el alma y el espíritu. El alma son las emociones y el espíritu es básicamente Dios obrando, y nuestros corazones son como un puente entre los dos, va estar expuesto a la influencia de ambos.
El Señor dice que Él escribió sus leyes en cada uno de nosotros. Esto quiere decir que nuestros corazones pueden ser influenciado por las leyes de Dios, como lo son la justicia la misericordia, el amor, la alegría (Cristo).
Pero nuestros corazones también se puede influenciar por el alma que son esos pensamientos de tristeza de odio de ideas impropias de envidia por nuestras emociones, (mente, voluntad y malos pensamientos), por nuestras heridas o por la envidia.
Debemos tener un corazón limpio
Esas son causas que pueden contaminar nuestros corazones. Por eso Dios dice en su palabra que debemos tener un corazón limpio. El Señor quiere hacer un proceso de limpieza para nuestros corazones. Él no podrá morar en nosotros ni condicionar nuestras acciones si estamos gobernados por nuestro ego nuestras emociones.
Nuestros corazones son como un baúl donde guardamos tanto como cosas buenas como malas. Eso dependerá de cuál es la mayor influencia que tengo si es el espíritu o el alma. Al reconocer el pecado estamos limpiando nuestros corazones cuando hay arrepentimiento de nuestras malas obras y rectificamos conforme a los mandamientos de nuestro Señor demostramos nuestro amor a Él.
Ud. puede pensar que hacer obras buenas como dar un pan a una persona que lo necesite, o brindar una palabra de aliento a una persona que lo requiera, lo hace buena persona o buen cristiano. La pregunta es ¿quien esta guiándome en esa acción, el alma o el espíritu?
¿Qué es la caridad para Dios? (Hechos 3:1-9)
La caridad bien formulada es dar a los demás lo que el Señor quiere darle. Somos en ese caso instrumento de Dios para Su obra, no actuamos nosotros si no Él.
Este pasaje de la biblia nos muestra claramente como Pedro y Juan no estaban manejados por el Alma sino por el Espíritu ya que el Señor moraba en ellos. Lo lógico es que ellos debieron pensar según su convicción de hombres es en la satisfacción de primera mano de aquel hombre, como lo era el dinero o la comida.
Pero ellos no le dieron lo que ese hombre necesitaba para subsistir un día más. Ellos le dieron algo más importante que fue la sanidad porque escucharon la voz del Señor en sus corazones, Y Dios siempre en Su infinita misericordia quiere darle a alguien más de lo que nosotros con nuestros ojos mortales no llegamos a ver.
¿De quién está lleno mi corazón?
Por esto la caridad cuando la comprendemos es dar lo que el Señor quiere dar, no lo que nosotros creemos que debemos dar. Entonces la pregunta es, ¿de quién está lleno mi corazón, de mi alma o mi espíritu, y cómo hago para limpiarlo?
Esto no lo puede hacer usted, este es un trabajo que solo Dios hace. El Señor usa personas que están a su alrededor y que vienen a ser para usted un llamado de atención o luz roja que desde afuera se prende como alarma ante alguna situación.
Como por ejemplo una persona irritante, ausente, insolente o que hace cosas que no nos gustan, y aparece una y otra vez, dando como resultado de nuestra parte una respuesta negativa, bien sea enojo, frustración, envidia.
Eso está allí porque Dios lo usa para mostrarnos de que está lleno nuestro corazón. Él saca todo esto para hacer una limpieza porque Él sabe que nuestro corazón está mal guiado por el Alma, sensaciones que nos hieren y lastima a los demás.
El corazón y el Maná de la vida
El significado del maná de la vida se remonta a la comida especial que se le dio a los hebreos durante el Éxodo de Egipto. Era el alimento provisto por Dios para cada día durante la estadía del pueblo de Israel en el desierto. Esto nos muestra lo importante que es el guardar nuestros corazones para estar dispuestos para Dios en el andar de la vida.
Debes nutrir con la palabra de Dios que es ese maná que alimenta el alma, para permitir que el Señor comience a limpiarnos (Salmo 51:10).
Debemos hacer ante todo un acto de fe, el cual consiste en que a pesar de que pase lo que pase, confiemos que mientas Él este haciendo la tarea de limpieza y veamos todo oscuro y pensemos que Él está muy lejos, justamente el Señor estará más cerca de ti sanando restaurando limpiando ese corazón de eso que no vemos y que no nos permite avanzar que es un obstáculo para que pueda morar el espíritu en nosotros.
Dios nunca nos abandona
Dios nunca nos abandona y si hoy estas pasando por un momento difícil se movieron tus cimientos, dale la gloria a Dios pues Él te está preparando para que puedas recibir grandes bendiciones, y sobre todo lo más importante está preparando nuestros corazones par que Él habite en ti. Que mayor bendición puedes esperar. (Salmo 24:4)
La biblia reseña innumerables veces la importancia y la razón por la cual debemos estar limpios de corazón para poder estar cerca del Señor. Solo el Señor conoce nuestros corazones y nuestros pensamientos más profundos y sabe cuáles son nuestras virtudes y defectos y de lo que somos capaces de hacer mucho antes de actuar, (Jeremías 17:9-10). Igualmente el Señor pesará nuestras acciones y dará cada uno de acuerdo al resultado de estas, que son sus recompensas y la vida.
No es importante presumir de joyas, vestidos o apariencia física (1 Pedro 3: 3-4). Lo realmente valioso que tenemos y debemos atesorar es lo que llevamos dentro de nuestro espíritu. Lo que solo Dios ve, lo que realmente nos define como hijos de Dios. Y nos serán otorgadas por justicia nuestras bendiciones (Salmo 20:4).
Jehová no mira como nosotros los hombres que solo vemos el exterior (1 Samuel 16:7). Él escudriña nuestros corazones y el orgullo en el hombre es uno de los grandes impedimentos, para que el Señor haga su obra debemos ser humildes para poder estar a Su lado, al final de los tiempos como nos prometió. Sigue al Señor y confía en Él en todo momento (Proverbios 3:5-6). Actúa según Su enseñanza no te guíes por lo que piensa tu alma, sigue al espíritu esa será tu salvación.
Para concluir.
Actúa conforme a la verdad y la misericordia, para que sea en ti la gracia de Dios y la buena opinión de los hombres (Proverbios 3:3-4). Jesús en sus enseñanzas nos predico que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, con nuestra alma y pensamientos (Mateo 22:37).
Y finalmente el Señor promete restaurarnos, limpiando nuestros corazones (Ezequiel 36:26) para darnos la salvación de nuestros pecados. Así que sabiendo lo importante que es nuestro corazón para el Señor, debemos esforzarnos por cuidarlo y alimentarlo con la palabra para poder conseguir las bendiciones que Dios nos tiene prometidas.
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