La prioridad es Dios
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Predicas Cristianas Predica de Hoy: La prioridad es Dios
Predicas Cristianas Texto Bíblico: “No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades. Pues Jehová no desampara a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo. Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.” 1 Samuel 12:21-22, 24
Introducción
Durante cada día tenemos infinidad de pensamientos que vienen a nuestra mente. Si estamos muy ocupados en nuestros quehaceres los pensamientos se centrarán en ellos. Dependiendo del grado de concentración que tengamos en determinado asunto puede ser que nuestra mente se dedique a resolver un asunto a la vez.
Pero hay un pensamiento que debe prevalecer ante todos los demás, y es acordarnos de Dios siempre en todas las cosas. Independientemente de lo que estemos haciendo, nuestra mente está puesta en Dios y siempre, en las decisiones que tomemos durante el día, debe pasar antes la aprobación de la palabra del Señor.
Si de verdad estamos centrados en el Señor estas decisiones son rápidas de tomar, pues conoceremos su palabra y su corazón. Tampoco se creará un conflicto en nuestro interior pues la prioridad siempre será Dios, antes que cualquier cosa.
Así que si debemos tomar una decisión que nos muestre claramente que nos llevará por dos caminos, aprobado por Dios o que va en contra de la voluntad de Él. Automáticamente tomaremos la decisión de hacer lo que Dios aprueba.
I. La prioridad es Dios no las vanidades de la vida
La vanidad es creer en algo adicional a lo que realmente es, darle importancia a algo que en realidad no la tiene. En el libro de Eclesiastés encontramos esta palabra repetirse muchas veces, y se nos indica que todo es vanidad.
Ciertamente las cosas tienen su importancia, pero cuando vienen a ser comparadas con la prioridad que debemos darle al Señor, todo se convierte en pasajero y sin importancia, no como la tiene nuestro Dios.
a. No aprovechan
Todas las cosas tienen su propósito y su aprovechamiento en algo, pero hay cosas que no aprovechan en cosas buenas. El Señor nos pide que pensemos en aquellas que sí aprovechan a nuestra vida. En lo bueno, en lo puro, en lo que es de buen nombre.
Hay cosas que no le aportan nada a nuestra alma, todo lo contrario, nos llevan a la perdición. El pecado tiene un propósito y es alejarnos de Dios, por lo tanto no aprovecha a nuestra vida, en consecuencia debemos dejar de pecar y concentrarnos en aquellas cosas que sí aprovechan a nuestro ser para estar en la presencia del Señor.
b. No libran
Todos hemos pecado y esto nos lleva a la muerte, pero Jesucristo murió en la cruz para que, por medio de su sangre, tengamos el perdón de nuestros pecados y podamos estar en paz con Dios. Lo que nos libra de la condenación es la misericordia de Dios por medio de su Hijo, es por eso que le adoramos y le servimos.
Servir a Dios y hacer Su voluntad nos libra de la esclavitud del pecado y de la condenación eterna, por lo tanto es lo que debe importarnos, estar sirviendo a nuestro Dios. Lo demás es secundario, lo demás puede esperar, estará en segundo lugar, pero nuestro Dios es primero.
II. La prioridad es Dios para no apartarnos del camino
Si algo debemos tener claro en esta vida es la palabra del Señor. No podemos pretender caminar con Dios si desconocemos su palabra. Es fundamental saber qué es lo que Dios quiere de su pueblo para que hagamos eso que el Señor quiere y desechemos todo aquello que le ofende.
La palabra del Señor nos dice que solo hay un camino que nos lleva al Padre, solo por medio de Jesucristo. También nos dice que la palabra de Dios es lámpara a nuestros pies, para que alumbre nuestro camino y andemos correctamente camino al Padre. No debemos apartarnos del camino por nada, sino que debemos permanecer firmes en Él.
Que nada nos aparte del amor de Dios, sino que a pesar de tribulaciones, de angustias, de dolores, nuestra fe permanezca en Dios. Al final hallaremos la recompensa preparada por nuestro Señor para aquellos que alcancen la meta, que guarden la fe. Perseveremos hasta el final como nos manda nuestro Señor, sin apartarnos del camino de salvación.
III. Hijos por voluntad de Dios – La prioridad es Dios
El Señor nos ha hecho sus hijos, no por voluntad de hombre alguno, no por causa de las circunstancias, sino por el plan divino es que hemos venido a ser hechos hijos de Dios. No han sido circunstancias externas, tampoco por nuestras habilidades es que hemos sido merecedores de la gracia, sino solo por la misericordia y amor eterno de nuestro Dios.
Por nuestros actos estábamos apartados de Dios, sin ninguna oportunidad de alcanzar salvación. Pero Dios nos dio un regalo para que por medio de Jesucristo tengamos el perdón de pecados y la vida eterna. Así que no somos hijos de Dios por méritos propios, sino por la misericordia que Dios tuvo de la humanidad entera.
Ahora somos hijos de Dios, hechos pueblo suyo para servirle en todo lo que nos mande. Ahora somos hijos amados del Señor y nos encontramos bajo su cuidado, bajo su protección y ninguna plaga tocará nuestra morada. Ahora somos benditos de Dios, hechos así por la sangre del cordero.
IV. La prioridad es Dios por el cuidado de Dios
Dios no desampara a su pueblo. Por eso, aunque vengan luchas y pruebas, somos más que vencedores en Cristo Jesús. En medio de la tormenta podemos tener paz, podemos estar felices porque sabemos que si estamos en la voluntad de Dios estaremos bien y el Señor guardará nuestra vida para estar en su presencia eternamente.
El mundo no puede entender esto, por eso cuando los apóstoles eran encarcelados pero aún ahí entonaban cánticos a Dios, todos se sorprendían de ello. Pero nosotros sabemos por qué tenían ellos ánimo de cantar aun en esa situación, porque habían conocido al Señor y esto era suficiente para estar felices. Ellos sabían que los sufrimientos terrenales son pasajeros, pero la presencia de Dios es para siempre y vale la pena permanecer firmes en la fe.
La prioridad es Dios y al tener esto presente los sufrimientos son llevados en la paz de Dios, con gozo del Señor, con la felicidad que solo Dios puede darnos. Como el salmista decía, el sol puede o no salir mañana, pero con todo nuestro corazón le adora a Él. Porque Dios se convierte en nuestro todo, en lo que más importa, lo demás puede o no existir, pero el Señor permanece para siempre.
V. La prioridad es Dios – Sirviendo al Rey
Es por eso que le servimos, porque tiene cuidado de su pueblo y no deja que el mal triunfe sobre nuestros corazones. Pero nuestro servicio no debe ser por las razones equivocadas, servimos a Dios porque Él nos amó primero, porque él tuvo misericordia de nosotros, porque Él es Dios y nosotros ovejas de su prado.
No servimos a Dios para que otros nos vean, no servimos a Dios por compromiso o a la fuerza, es algo que nace desde nuestro interior que nos impulsa a abandonarnos completamente en las manos de nuestro Dios. Derramamos nuestra voluntad, entregamos nuestra alma y con todas nuestras fuerzas le adoramos porque Él lo merece.
Servimos a Dios con todo nuestro ser, así el espíritu, alma y cuerpo se unen para darle gloria a quien la merece. Nos apartamos para hacer lo que el Señor demande de cada uno de sus hijos. Aunque somos un solo cuerpo, cada uno tiene una función diferente en el reino del Señor, función que debemos cumplir prontamente. Servimos al Señor porque Él es bueno y para siempre es su misericordia.
Que no nos pese servir a Dios, sino que sea un gozo que sale desde nuestro corazón. Que nuestro gozo sea el servirle, el hacer aquello por lo cual nos ha llamado. Seamos fieles en todas las cosas al Señor y que Él sea siempre nuestra prioridad.
VI. Grandes cosas hace Dios
Porque las cosas de Dios no son pequeñas, la obra del Señor se extiende más allá de lo que conocemos o entendemos. El universo cuenta la gloria de Dios, y no podemos llegar a ver el final de este, Dios es más grande y en sus manos están todas las cosas.
Pero también Dios se ocupa de los pequeños detalles en nuestra vida. El Señor tiene todas las cosas bajo control, no importa lo pequeñas que nos parezcan, Dios las conoce a la perfección. Así que podemos estar tranquilos en las manos de Dios y pase lo que pase el Señor nos cuidará.
Porque si Dios ha hecho las cosas grandes, también tendrá cuidado de los pequeños detalles que nos hacen vivir tranquilos y confiados en Él. No encontraremos fuera del Señor quien pueda darnos felicidad como Él. Por lo tanto debemos ser hijos agradecidos y servirle con todas nuestras fuerzas.
Conclusión
Al tener a Dios en primer lugar, tomar decisiones es más fáciles. No elegiremos aquellas cosas que van en contra de la voluntad expresa del Señor. No importará si con esa elección ofendemos a los demás, o implica “perder” ciertas cosas, Si estamos centrados en el camino de Dios la elección es fácil.
Dios es primero y siempre lo será, todo lo demás está en un segundo lugar. Ahora nuestra meta es permanecer firmes en el camino siendo cuidados por el Padre. Nuestro servicio es para Dios y nuestra adoración le pertenece. Porque Dios es grande y para siempre es su misericordia.
La prioridad es Dios en nuestra vida, el Señor verá nuestro esfuerzo y recibiremos de Él recompensa, ya sea en esta vida o en la eternidad. Porque nada que nos aleje de Dios vale la pena, todo es vanidad. Pero Dios es real y es nuestra prioridad sobre todas las cosas.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.