Milagros cotidianos

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Milagros cotidianos

Predicas Cristiana Texto bíblico: Mateo 28:20

Introducción

Todos los días la mano de Dios se mueve a favor de nosotros, la mayoría de las veces pasamos duramos mucho tiempo orando y clamando al padre celestial por un milagro en nuestras vidas, y nó nos damos cuenta de todas las veces que Dios ha obrado por nosotros por tener la vista puesta en otro lugar.

La palabra de Dios dice que sus misericordias son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:23) por lo tanto debemos estar alerta para darnos cuenta de la bondad de Dios manifestada a diario sobre nosotros. Porque si no lo hacemos seríamos malagradecidos.

En la espera de un milagro

Una de las características más notables en el reino de Dios son las innumerables veces que hemos visto el favor y el milagro de Dios en nuestras vidas y en el de las otras personas. Es que nuestra vida está rodeada en todos los sentidos por milagros divinos.

Hoy mismo mientras yo estoy escribiendo esto y mientras Ud. está leyendo éste mensaje, hay una persona clamando a Dios por un milagro, otra persona está recibiendo un milagro también. Lo bueno de amar y conocer a nuestro amado Dios es que sabemos que Él escucha nuestras oraciones y que se manifiesta poderosamente en nosotros. (Éxodo 3:7).

El salmista David exclamó poderosamente: hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes (Salmos 27:13).

Hay muchos que creen erróneamente que los milagros y bondades de Dios la veremos cuando partamos de éste mundo y nos vayamos a morar con Él. En cierto sentido es así, pero los milagros y bondades de Dios es para vivirlas aquí en la tierra, porque en el reino de Dios no necesitamos milagros porque Él es suficiente, allá no hay necesidad ni temor.

Si en algo debemos tener la confianza, es en nuestro Dios poderoso y que cumple sus promesas.

Dios de milagros

Nuestro Dios es un Dios de milagros en su plenitud. Él se muestra y se glorifica a través de ello. La principal muestra que Dios está con nosotros es su mano moviéndose de muchas maneras a diario. Tal cual como dijo en su palabra que “estaría con nosotros todos los días hasta el fin” (Mateo 28:20).

Amados míos en el Señor hoy quiero enfocarme en algo que vas más allá de esperar un milagro grande y deseado por nosotros. Acaso ¿ No te has dado cuenta que diariamente somos los protagonistas de pequeños milagros cotidianos?

Tal vez u ibas tarde a tu trabajo y pasó alguien y te llevó en su auto y llegaste a tiempo, o se te perdió la billetera o el celular y la persona que se lo encontró te buscó y te lo entregó, quizás quedaste seleccionado (a) para el empleo que participaste, o el día que Dios te libró de un accidente, o alguien se acercó y te dio una palabra de aliento de parte de Dios; o estabas en esos días que no tenías dinero ni alimentos, y de la nada llega alguien enviado por Dios y te trae bendiciones…. ¿ Verdad que si? Muchos de nosotros hemos sido testigos y protagonistas de estos maravillosos milagros.

Milagros, no dejes que pasen desapercibidos

En el andar diario de nuestras vidas, en medio del estrés que normalmente vivimos y que muchas veces solos sometidos es muy difícil darnos cuenta de lo que verdaderamente es importante.

Tristemente muchos de ellos pasan sin que se noten porque estamos acostumbrados a sólo ver y admirar las grandes hazañas que Dios hace por nosotros, pero no agradecemos éstos pequeños milagros.

A partir de hoy toma la decisión de mirar las pequeñas cosas esenciales que Dios hace por nosotros todos los días, una de ellas es despertar en la mañana. ¡Qué bendición tan grande es saber que Dios te dio un día más!

Hoy te animo a que le pidas al Señor que te abra el entendimiento y los ojos espirituales para ver su mano poderosa obrando a diario por amor a nosotros. Y es muy importante ser responsables en las obras del Señor porque sino estaríamos siendo muy malagradecidos con Él.

Lo peor que le puede pasar a un hijo de Dios es a menospreciar la mano poderosa de Dios y olvidarse que Dios es un Dios de milagros y que su mano no se ha cortado.

Los hijos de Dios somos los que vemos esperanza dónde humanamente no la hay, vemos bendición dónde hay fracaso, vemos vida donde hay amenaza de muerte. Por eso d vemos estar bien atentos a lo que Dios haga por nosotros porque estaríamos a punto de ver la gloria de Dios en nosotros poderosamente.

Corazones agradecidos

Debemos tener corazones agradecidos ante nuestro Dios, el salmista decía: entrad por sus puertas con acción de gracias. (Salmos 100:4) Es muy importante tener presente éste principio espiritual porque Dios es merecedor de honra. Y Dios honra a quienes le honran.

Si agradecemos a nuestro amado Dios en lo poco que Él se manifiesta, también nuestra boca se llenará de más agradecimiento cuando veamos nuestro milagro. Amén.

¿Si recuerdan la historia de los 10 leprosos que Jesús sanó? Y sólo uno se regresó para darle las gracias al Señor por el milagro de la sanidad. Cristo le preguntó: ¿ Dónde están los otros 9? Al ver que sólo él regresó para postrarse y agradecer le dijo: vete, tu fe te ha salvado. ¡ Aleluya! (Lucas 17:11)

Allí mismo en los evangelios también nos encontramos con una parábola interesante que Cristo contó haciendo énfasis en lo responsables que debemos ser a la hora en que Dios nos entrega algo en nuestras manos. Y en una parte del relato le dice al siervo que recibió menos responsabilidad, pero fue responsable con eso poco que le dieron. Cristo le dijo: buen siervo has sido, en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré. (Lucas 16:10)

Eso nos enseña un principio importantísimo en el reino de Dios. Eso quiere decir que a Cristo le importa cuando uno valora las pequeñas cosas que Él nos da y que Él nos entrega en nuestras manos… sea lo que sea que Él nos dé, es para que lo sepamos valorar y administrar bien.

Conclusión

Cristo desea que aprendamos a valorar las pequeñas cosas que Él hace por nosotros a diario por su infinita misericordia, y es que sólo al cerrar nuestros ojos y alzar nuestra voz y orar, y clamar a Él es un milagro, porque humanamente no le estamos hablando a nadie, pero espiritualmente y por Fe estamos hablando con nuestro Dios con la confianza que Él nos escucha y nos responde. ¡Ése es un milagro!

Abre tus ojos espirituales y naturales, mira a tu alrededor y date cuenta que eres un hombre y una mujer bendecida y para ser de bendición para los demás.

Seamos como ese leproso que se regresó para postrarse y agradecer al maestro por su sanidad, seamos como ese siervo fiel que fue responsable y que alegró el corazón de su amo, alegremos el corazón de nuestro amado Dios siendo agradecidos por esos milagros pequeños y cotidianos que suceden en nuestras vidas. ¿Ya le agradeciste por el milagro de hoy?

Bendiciones a tu vida… amén

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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