El peligro para los creyentes
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Prédica de Hoy: El peligro para los creyentes
© José R. Hernández, Pastor
El Nuevo Pacto, Hialeah, FL. (1999-2019)
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Judas 1:17-23
Introducción
Si se recordaran, hace unas semanas atrás les predique acerca de las profecías bíblicas (Y no sabras a que hora vendré). Y durante esa predicación les dije que la ciencia ha avanzado a un nivel tan grande, que el hombre pretende jugar el papel de Dios. Y la realidad es que que la ciencia, la tecnología, el orgullo, la soberbia, y la autosuficiencia, han desplazado al Dios vivo y verdadero de la mente de muchos.
Esto es la gran realidad para todo aquel que no conoce a Dios; en otras palabras, para todos aquellos que no han aceptado a Jesucristo como su Rey y Salvador. Con todos los avances tecnológicos y científicos que existen, el hombre se ha endiosado y pretende tomar el lugar de Dios, pero por mucho que el hombre trate, Dios no puede ser remplazado.
El peligro para los que no conocen a Dios
Conducirán una vida completa en la oscuridad de su sabiduría; conducirán una vida completa corriendo de un lado para otro en busca de soluciones a sus temores e inquietudes que solo Dios puede proveer; conducirán una vida completa vacíos y desolados, ya que solo Dios puede llenar ese vacío que existe en el corazón del hombre.
Este es el peligro para todo aquel que no conoce a Dios, y que no ha aceptado a Jesucristo como su salvador personal, pero ahora debemos preguntarnos: ¿existe algún peligro para el cristiano? Pero más importante aún es: ¿qué podemos hacer para evitar el peligro? La respuesta a nuestra pregunta inicial, es un absoluto si. Pero también encontraremos lo que tenemos que hacer para evitar ese peligro.
Pasemos ahora a la palabra de Dios para iniciar nuestro estudio.
Judas 1:17-23 – Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. 22 A algunos que dudan, convencedlos. 23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.
El peligro eminente para el cristiano
En los primeros tres versículos que estamos explorando en el día de hoy, encontramos la respuesta a nuestra primera pregunta; en los primeros tres versículos encontramos el peligro eminente que existe para el cristiano.
La palabra aquí nos dice: “…En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19 Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu…”. Sin duda alguna, todos aquí podemos ver claramente que estos versículos no están dirigidos a los que viven en el mundo, o a los que se encuentran atrapados en las sectas, y religiones que existen.
Estos versículos están completamente dirigidos a los cristianos. Dile a la persona que tienes a tu lado: estos versículos están dirigidos a la iglesia. Y a pesar de que estos versículos fueron escritos hace ya mucho tiempo atrás, la realidad es que estos versículos describen muy bien lo que está sucediendo en la iglesia de hoy. ¿Qué está sucediendo en la iglesia de hoy? Lo que está sucediendo, y ha sucedido a través del tiempo, es que la iglesia ha sido infiltrada por líderes malvados, que solo buscan satisfacer sus deseos y manipular a las masas.
Es por eso que hoy en día no es fuera de lo común ver como congregaciones que una vez seguían la verdadera doctrina, ahora se han apartado para seguir doctrinas de hombres. Creo que es por esa misma razón que en Lucas 18:8 el Señor dijo: “…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?..”.
Pero la triste realidad, es que los falsos líderes y maestros no son los únicos completamente culpables de apartar a tantos de la presencia de Dios. Los lideres y falsos maestros son responsables, pero solo hasta cierto punto, digo esto porque la decisión final de aceptar lo que se escucha, enseña, y/o predica, descansa completamente en la persona. Dile a la persona que tienes a tu lado: tu eres es el único responsable de la conclusión.
Cambiado la sana doctrina
Lo que ha sucedido y continúa sucediendo en la vida de muchos, es que han cambiado la sana doctrina por la conveniencia, y la verdad de Dios por teorías de hombres. Digo esto porque no es fuera de lo común escuchar, y ver, como muchos abandonan el lugar donde han recibido, y continúan recibiendo bendiciones, para asistir a otros lugares donde no se predica la palabra de Dios, sino que se predican mensajes para agradar el oído de las personas.
En otras palabras prefieren ir a lugares donde se ha cambiado la gracia por la ley, el arrepentimiento por el buen comportamiento, y las bendiciones por la prosperidad. Y todo esto porque les queda más cerca de la casa, o porque tienen cultos los siete días de la semana, o porque tienen ciertas actividades o programas especiales, etc.
Estamos hablando de cristianos que escogen asistir lugares donde le saquean los bolsillos, los entretienen con actividades, y se siguen doctrinas inspiradas por demonios, en vez de asistir y apoyar la obra donde se predica la Palabra de Dios sin aguar. Pero ahora debemos preguntarnos, ¿por qué sucede esto? La respuesta es fácil, esto sucede porque muy pocos quieren escuchar la verdad de Dios.
Muy pocos están dispuestos a escuchar, y aceptar lo que encontramos en: Mateo 7:21 cuando leemos: “…No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos…”.
Muy pocos están dispuestos a escuchar, y aceptar lo que encontramos en: Hebreos 12:14 cuando leemos: “…Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor…”.
Muy pocos están dispuestos a escuchar, y aceptar lo que encontramos en: 2 Timoteo 2:19 cuando leemos: “…Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo…”.
El cristianismo en peligro
La realidad del caso es que si las cosas continúan como van, el número de cristianos será bien poco cuando regrese el Señor. Digo esto porque para ser visto por Dios como un cristiano fiel, tenemos que hacer mucho más que confesar el nombre de Jesús [1]. Como he dicho en numerosas ocasiones, es bien fácil decir que somos cristianos, pero decirlo no es suficiente [2]. Dile a la persona que tienes a tu lado: tenemos que ser hacedores de la palabra.
Para ser agradables y aceptados por Dios, tenemos que perseverar en conducir una vida en santidad, y sometida a la voluntad de Dios [3]. Así que el peligro para el cristiano son las falsas doctrinas y enseñanzas; el peligro para el cristiano es cambiar la bendición de Dios por la conveniencia. ¿Qué podemos hacer para evitar el peligro?
Edificando nuestra fe para evitar el peligro
Continuando con nuestro estudio leemos: “…Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna…” Las palabras claves aquí son: “…edificándoos sobre vuestra santísima fe…”
En otras palabras, no podemos aceptar todo lo que escuchamos, sino que tenemos que comprobarlo todo con la Palabra de Dios. Como les dije hace un breve instante, los falsos líderes y maestros son responsables de desviar y apartar a muchos de la verdad de Dios, pero el cristiano es el único que decide el final. ¿Por qué digo esto?
Digo esto porque lamentablemente, existen muchos en la iglesia de hoy, que se han convertido en haraganes. En otras palabras, cristianos que escuchan con descuido y negligencia. La mayoría del pueblo de Dios acepta lo que se predica o enseña, solamente porque el predicador o maestro es alguien de renombre, o porque es alguien que habla con palabras elocuentes, suaves, y convencedoras. Dile a la persona que tienes a tu lado: ¡Peligro!
El alma del perezoso desea, y nada alcanza
Escúchenme iglesia, si al reflexionar en este asunto encuentras que este es tu caso, entonces escucha lo que te dice la Palabra de Dios hoy, como encontramos en Proverbios 13:4 cuando leemos: “…El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada…”. El mayor deseo de toda persona que profese ser cristiano, debe, y tiene que ser, alcanzar y permanecer en la presencia de Dios. Pero como el Señor nos dice en Mateo 7:14: “…estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan…”.
El alma del haragán o perezoso desea alcanzar la presencia de Dios, pero en la mayoría de los casos no alcanzaran nada, porque son fácilmente desviados de la verdad de Dios. Son desviados por las teorías y filosofías del hombre, porque no están dispuestos a consultar la Palabra de Dios para verificar que lo que han escuchado y aceptado es la verdad de Dios.
Tenemos que edificar nuestra fe
La triste realidad de todo, es que la mayoría de los cristianos abren su Biblia solamente una vez a la semana cuando asisten a la iglesia, y eso es si no se les olvida antes de salir de la casa. Y es debido a esto exactamente que a través del tiempo han existido, y existen aún, tantos falsos maestros y ministros. Así que si genuinamente deseamos permanecer en la presencia de Dios tenemos que edificar nuestra fe, pero no en lo que pueda decir un hombre, sino en lo que nos enseña la palabra de Dios.
En 2 Timoteo 3:16 encontramos que el apóstol nos dice: “…Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia…”. Aquí está la clave para edificar nuestra fe. Nuestra fe es edificada y fortalecida, solamente a través de la verdad de Dios. La verdad de Dios nos revela lo que es de Él, y lo que es del enemigo.
En Mateo 16:25-26 el Señor nos dice: “…Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 2 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?..”. ¿Qué nos está diciendo el Señor con esto? Para entender bien lo que el Señor nos está diciendo con esto, pensemos ahora brevemente en la definición de la palabra “vida”.
Parte de la definición de la palabra “vida” es: “a. Modo de vivir en lo tocante a la fortuna o desgracia de una persona, o a las comodidades o incomodidades con que vive. b. Modo de vivir en orden a la profesión, empleo, oficio u ocupación. c. Conducta o método de vivir con relación a las acciones de los seres racionales [4].”
Usando ésta definición, creo que todos aquí estaremos de acuerdo cuando digo que lo que el Señor nos está diciendo claramente, es que cuando conservar nuestra vida social, es decir, conservar nuestras amistades, familiares, conocidos y demás se convierte más importante que seguir lo que la Palabra de Dios nos enseña, entonces no obtendremos beneficio alguno. Y es por eso exactamente que Él nos dice: “…Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?…”
Ahora pregunto: ¿predicó Jesucristo o alguno de los apóstoles la prosperidad o riquezas como bendición? Creo que la respuesta a esta pregunta queda bien clara en las palabras del Señor en Mateo 6:19-20 cuando leemos: “…No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan…”.
¿Predicó Jesucristo o alguno de los apóstoles que la ley es superior a la gracia de Dios? Creo que la respuesta a esta pregunta queda bien clara en Gálatas 3:24-25 cuando leemos: “…De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo…”. Ayo, traducción de la palabra griega “παιδαγωγός” (pronunciada: paida-gogas) que se define como “un tutor; ejemplo: un guardián y guía de niños” [5].
¿Predicó Jesucristo o alguno de los apóstoles que el buen comportamiento remplaza el arrepentimiento? Creo que la respuesta a ésta pregunta queda bien clara en Mateo 4:17 cuando leemos: “…Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado…”.
Así que si donde te encuentras se predica la prosperidad por bendición, se exalta la ley por encima de la gracia, y se enseña que el buen comportamiento sin arrepentimiento te conducirá a la presencia de Dios, estas en un lugar donde no se predica la verdad de Dios, ni el evangelio de Jesucristo.
Así que escucha bien lo que nos dice la Palabra de Dios en Gálatas 1:9 cuando leemos: “…Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema…”
Para concluir.
Regresemos ahora a la pregunta inicial. ¿Existe algún peligro para el cristiano? El peligro que todo cristiano corre es ser seducido, y/o convencido por falsos maestros; el peligro que todo cristiano corre, es ser convencido y/o seducido por filosofías y teorías que buscan remplazar la verdad de Dios.
¿Qué tenemos que hacer para evitar el peligro? Lo que tenemos que hacer es edificar y fortalecer nuestra fe, estrictamente basado en la Palabra de Dios. No podemos aceptar todo lo que escuchamos como la verdad, tenemos que comprobarlo a la luz de la Palabra de Dios.
Pero existen algo más que como cristianos fieles tenemos que hacer. En los versículos que estamos estudiando en el día de hoy leemos: “…A algunos que dudan, convencedlos. 23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne…”.
Como cristianos fieles, tenemos que declarar el verdadero evangelio de Jesucristo; tenemos que convencer a aquellos que nos rodean de la verdad de Dios. Existe un gran número de personas en este mundo que han sido confundidas, seducidas, y convencidas por falsas enseñanzas. Y como verdaderos y fieles cristianos, nuestra responsabilidad es: «…A algunos que dudan, convencedlos…».
Existe un gran número de personas apoyando congregaciones y ministerios, donde no se predica la verdad de Dios. La Palabra nos dice: “…A otros salvad, arrebatándolos del fuego…”. ¿Cómo podemos arrebatar a otros del fuego? Lo hacemos enseñando la verdad de Dios, revelando así la mentira del diablo. ¿Podremos rescatar a todos? Lamentablemente la respuesta es no, y es por eso que la Palabra nos dice: “…y de otros tened misericordia con temor…”.
La Nueva Versión Internacional de la Biblia traduce ésta porción como: “…compadézcanse de los demás, pero tengan cuidado…”. Esto aquí nos ilustra muy bien que no siempre podremos rescatar a los perdidos, y esto es debido a que el convencimiento y la conclusión de la verdad, aunque influenciada por el maestro, descansan completamente en la persona.
Es una lástima ver como existen tantos que creyendo estar bien, se encuentran tan mal. Da lástima ver como muchos han sido desviados de la verdad de Dios, pero más lastimoso aún, es ver como existen tantos que conociendo la verdad, no están dispuestos a confrontar el enemigo.
[1] Romanos 10:9-10
[2] Santiago 1:22
[3] Juan 15:10
[4] Diccionario de la Real Academia Española.
[5] Blue Letter Bibble Lexicon – Strong’s G3807
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