El sacrificio de los necios

El sacrificio de los necios

Prédica de Hoy: El sacrificio de los necios

Por: José R. Hernández, Pastor
Ministerio El Nuevo Pacto, Hialeah, FL.

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Eclesiastés 5:1-4

Introducción

Antes de iniciar la prédica de hoy deseo aclarar que hoy no he venido para hablarles acerca de las profecías bíblicas, pero si deseo informarles algo que considero es de suma importancia.

Quiero que quede bien claro que con lo que les voy a decir no estoy tratando de asustar o intimidar a alguien, mi única intención es de poner al día a algunos de ustedes que no se han dado cuenta de lo que está sucediendo alrededor del mundo.

No sé cuántos de ustedes están atentos a las noticias internacionales, pero llevo varios días escuchando comentarios acerca de una noticia muy interesante.

La noticia es que China pidió la creación de una nueva moneda para que eventualmente sustituya el dólar como el estándar mundial [1]. En otras palabras, se esta pidiendo la creación de una moneda mundial. .

Aunque quizás muchos no le presten mucha atención a estas noticias o simplemente las despidan de su mente como algo sin importancia, la realidad de todo es que cuando hacemos la matemática, es decir sumamos los detalles de las cosas que están sucediendo a nivel mundial, no es difícil llegar a la conclusión que con cada día que pasa, más nos acercamos al “Nuevo Orden Mundial” que será dirigido por el anticristo. ¿Por qué he iniciado el servicio de esta manera?

La razón por la que inicie el servicio de ésta manera es porque como les dije la semana pasada todos aquí, sin excepción de alguno, corremos el peligro de ser tentados y/o atraídos a abandonar la verdad de Dios.

Pero ahora deberemos preguntarnos: ¿qué puede causar esto? La respuesta a ésta pregunta será el tema que estaremos explorando en el día de hoy…

Eclesiastés 5:1-4cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal. 2 No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. 3 Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio. 4 cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes..

El sacrificio de los necios

La mayoría de los eruditos y escolares de la Biblia se sienten cómodos en decir que el autor del libro de Eclesiastés fue Salomón. Algo que todos sabemos es que Salomón fue un hombre que tuvo un inicio completamente bueno ante los ojos de Dios; sus intenciones fueron sin mancha y puras.

Esto es algo que queda bien expresado en la bendición que Dios derramo sobre él como encontramos en 1 Reyes 3:9-12 cuando leemos “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. 11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.

El problema que tuvo Salomón no es muy diferente al problema que existe en la iglesia de hoy. El problema que tuvo Salomón es que eventualmente, él se desvío de los caminos de Dios.

Esto es algo que queda bien claro en 1 Reyes 11:4-6 cuando leemos: “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. 6E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.

Pero como podemos apreciar en los versículos que estamos estudiando en el día de hoy, Salomón eventualmente se arrepintió de sus pecados. Digo esto porque según los eruditos y escolares de la Biblia, el libro de Eclesiastés fue escrito hacia el final de la vida de Salomón. ¿Por qué les he dicho estas cosas?

Les he dicho estas cosas porque en estos breves detalles encontramos muy bien reflejado que no existe excepción de persona, todos seremos tentados o seducidos a abandonar la verdad de Dios. Éste es el primer peligro de todo creyente, y es causado debido a los errores que cometemos.

En realidad todos cometemos numerosos errores, pero en los versículos que estamos explorando en el día de hoy encontramos tres muy comunes. Continuemos ahora con nuestro estudio para descubrirlos.

El primer error que muchos cometen: “el sacrificio de los necios.”

Continuando con nuestro estudios leemos: “cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.” En éste primer versículo encontramos el primer error que muchos cometen: “el sacrificio de los necios.”

Ahora bien, en éste primer versículo encontramos una gran advertencia acerca del asistir a la iglesia, y es por eso que ahora debemos preguntarnos: ¿por qué asistimos a la iglesia?

La respuesta a ésta pregunta varia de persona a persona. Digo esto porque las personas asisten a la iglesia por diversas razones. Algunos asisten a la iglesia porque están atravesando por momentos difíciles, y buscan la solución a sus problemas en Dios.

Algunos asisten a la iglesia porque desean cumplir con un compromiso que hicieron con una persona o familiar. Algunos asisten a la iglesia por religiosidad, es decir, piensan que porque vienen a la iglesia semana tras semana serán aceptados por Dios.

Algunos asisten a la iglesia porque desempeñan algún tipo de ministerio o responsabilidad dentro de la congregación. Pero nada de esto debe ser nuestra razón de asistir a la iglesia, ya que todo esto no es nada más que “el sacrificio de los necios.” ¿Qué es el sacrificio de los necios?

El sacrificio de los necios es escuchar, pero no cambiar.

El sacrificio de los necios es no tomar en serio nuestra relación con Dios. El sacrificio de los necios es no tomar en serio lo que escuchamos. Es por eso que en numerosas ocasiones he dicho que llegar a la iglesia nunca debe ser porque deseamos cumplir con una obligación.

Llegar a la iglesia tiene que ser porque deseamos establecer una comunión con nuestros hermanos, pero principalmente porque deseamos entrar en comunión con Jesucristo. Llegar a la iglesia tiene que ser porque deseamos escuchar la Palabra de Dios, y más importante aún, porque deseamos vivir según la Palabra de Dios.

Llegar a la iglesia tiene que ser porque deseamos alabar y bendecir a nuestro Dios. Así que dile a la persona que tienes a tu lado: no ofrezcas el sacrificio de los necios.

El segundo error que muchos cometen: “el sacrificio de los necios.”

Continuando con nuestro estudio leemos: “No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.” El segundo error que muchos cometen es que se acercan a Dios incorrectamente.

Digo esto porque con frecuencia el pueblo de Dios se postra en oración ante el Padre incorrectamente. Con frecuencia nos postramos ante Dios en oración, insistiendo en las cosas materiales y/o físicas, ignorando así las bendiciones que Dios ha derramado sobre nosotros.

La Palabra aquí nos dice: “…ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios.” Una gran realidad es que Dios sabe muy bien lo que cada uno de nosotros necesitamos.

Esto es algo que queda bien declarado por nuestro Señor Jesucristo en Mateo 6:7-8 cuando leemos: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

¿Cómo debemos acercarnos a Dios en oración? 

En los versículos que estamos estudiando en el día de hoy leemos: “…por tanto, sean pocas tus palabras.” ¿Qué significa esto?

Esto significa que lo que debemos buscar en todo momento no son las bendiciones materiales, sino las bendiciones espirituales. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque las bendiciones que realmente cuentan son las bendiciones espirituales y celestiales.

Fíjense bien lo que nos dice el Señor acerca de todo esto en Mateo 6:33 cuando leemos: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Lo material en si no es de gran importancia, lo más importante es lo espiritual.

Lo más importante es buscar el reino de Dios, en otras palabras buscar la voluntad de Dios en nuestra vida. ¿Por qué?, porque buscar la voluntad de Dios para con nosotros fortalece nuestro espíritu, y cuando nuestro espíritu está fortalecido, entonces podemos levantarnos y conquistar cualquier situación que pueda surgir.

Es como nos dice la palabra en Filipenses 4:13 cuando leemos: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Recuerda lo que también encontramos aquí cuando leemos: “Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.” Así que dile a la persona que tienes a tu lado: “No te des prisa con tu boca.”

El tercer error que muchos cometen: “el sacrificio de los necios.”

Continuando con nuestro estudio leemos: “cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.” El tercer error que cometemos es que desagradamos o defraudamos a Dios. ¿Por qué digo esto?

Digo esto porque cuando nosotros llegamos a los caminos de Dios, lo primero que hicimos fue una promesa. Sin excepción de alguno, cuando llegamos a los caminos de Dios nosotros hicimos un juramento. ¿Cuál fue nuestra promesa?

El aceptar a Cristo como nuestro Rey y Salvador en esencia es un juramento que le hicimos a Dios. En otras palabras le prometimos a Dios que desde ese momento en adelante nos rendiríamos a Su voluntad.

Al aceptar a Cristo como nuestro Rey y Salvador le prometimos a Dios que cambiaríamos por completo y que dejaríamos atrás todo lo inmundo.

Pero lamentablemente, muchos no cumplen su promesa sino que continúan una vida pecaminosa, y esto es algo que definitivamente desagrada a Dios. Como he dicho en numerosas ocasiones, Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado.

Dios nos advierte esto claramente en Levítico 20:26 cuando leemos: “Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.”  Dile a la persona que tienes a tu lado, Dios no habita en el pecado.

Dios habita dentro de la santidad, y es dentro de ésta santidad donde el Espíritu Santo nos revela nuestras debilidades y transgresiones. Estamos hablando acerca de esas cosas que quizás hacemos sin pensarlas o sin darle mucha importancia, pero que desagradan a Dios. Estamos hablando de esas cosas que en ocasiones hacemos porque es una costumbre o es algo que está de moda.

Pero cuando perseveramos en conducir una vida de santidad, el Espíritu Santo nos da convicción de que lo que hacemos. Cuando perseveramos en conducir una vida en santidad, el Espíritu Santo nos da convicción para que podamos reconocer que lo que hemos hecho, dicho, o escuchado no es agradable a Dios. El Espíritu Santo nos habla y deja saber la voluntad de Dios en nuestra vida.

Fíjense bien como esto queda bien reflejado en Apocalipsis 2:7 cuando leemos “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”  Pero esto es algo que solo sucede cuando perseveramos en conducir una vida de santidad.

Esto es algo que sucede solo cuando conducimos una vida buscando todos los días ser más como nuestro Señor. Porque de no hacer esto entonces no estamos cumpliendo con la promesa que le hicimos a Dios. Así que dile a la persona que tienes a tu lado: “…Cumple lo que prometes.”

Para concluir.

Como hemos podido apreciar, existen tres errores comunes que muchos cometen que les pueden conducir a desviarse de los caminos de Dios.

El primer error es no guardar nuestros pasos, y acercarnos a Dios para ofrecer “el sacrificio de los necios.” En otras palabras asistir a la iglesia por religiosidad o compromiso.

Asistir a la iglesia sin querer cambiar, sin querer tener un verdadero encuentro con Dios, y sin tomar en serio lo que el Señor nos revela a través de los mensajes y Su Palabra.

Pero si verdaderamente deseas agradar a Dios, entonces tienes que escuchar, pero más importante aún, tienes que actuar en lo que escuchas. Tenemos que profundizar nuestra relación con Dios y buscar Su verdad y voluntad para nuestra vida.

El segundo error que muchos cometen es acercarse a Dios incorrectamente. Nos acercamos a Dios buscando lo material o físico en vez de acércanos a Él en busca de las bendiciones duraderas, la bendiciones espirituales. Nos acercamos a Dios con oraciones codiciosas; oraciones que nunca serán escuchadas por Él.

El tercer error que muchos cometen es no cumplir con lo que le han prometido a Dios. La gran realidad es que al igual que Salomón, todos nosotros iniciamos nuestro caminar con Dios con muy buenas intenciones, pero a través de nuestra vida hemos permitido que las presiones o los deseos inmundos nos desvíen de la presencia de Dios.

Todos iniciamos nuestro caminar con Dios con muy buenas intenciones, pero recordemos que las buenas intenciones y dos dólares quizás nos compren una taza de café hoy en día, pero definitivamente las buenas intenciones sin un verdadero arrepentimiento no nos servirán de nada.

Ahora examina tu vida bien de cerca y pregúntate: ¿le ofrezco a Dios mi corazón o solamente el sacrificio de los necios?.

[1] http://www.foxnews.com/politics/first100days/2009/03/23/china-takes-aim-dollar-urges-new-global-currency/.

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