El reino de los cielos sufre violencia
Prédica de Hoy: El reino de los cielos sufre violencia
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Por: José R. Hernández, Pastor
Ministerio El Nuevo Pacto, Hialeah, FL.
Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Mateo 11:12
Introducción
Una gran realidad es que la iglesia de hoy ha sido infiltrada por un grupo de malvados, que pretendiendo venir en el nombre de Jesús solo vienen a destruir la obra de Dios.
Estamos hablando de fundadores de nuevos movimientos que supuestamente son cristianos; estamos hablando de líderes y ministros que siguen nuevos conceptos porque son lucrativo; estamos hablando de personas que enseñan y siguen doctrinas que no tienen fundamento alguno en la verdad de Dios; estamos hablando de personas que enseñan y practican lo que Dios abomina.
El otro día recibí una correspondencia electrónica de un hermano que me contó que una noche mientras leía y meditaba en la Palabra de Dios, el Señor le condujo a un versículo que lo dejó bien pensativo. En otras palabras, un versículo que abrió sus ojos para que pudiese ver la maldad que se ha infiltrado en la iglesia.
Claro está en que cuando me refiero a la iglesia no me estoy refiriendo a alguna congregación específica, sino me estoy refiriendo al Cuerpo de Cristo en su totalidad, es decir, a los creyentes.
Hoy deseo compartir con ustedes el versículo que impresionó a éste hermano, porque en él encontraremos un poderoso mensaje para nosotros en el día de hoy.
El reino de los cielos sufre violencia
Mateo 11:12 – Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
Si leemos esto por encimita sin meditar en lo que hemos leído, en la mayoría de los casos llegaremos a una conclusión equivocada. Digo esto porque lo primero que viene a la mente de la mayoría de las personas cuando se habla de violencia son los golpes, tiros, explosiones y demás.
En otras palabras, lo primero que viene a la mente de la gran mayoría de las personas son los actos de violencia. Ésta manera de pensar puede causar que exista confusión al interpretar éste versículo, y hasta que algunos lleguen a pensar que en el cielo existen estos tipos de actos. Pero la realidad es que éste versículo aquí es una gran enseñanza acerca de la iglesia.
Éste versículo aquí abre nuestros ojos para que podamos reconocer el peligro eminente que encaramos, y nos revelan lo que tenemos que hacer para evitar ser desviados de la presencia de Dios. Pero para poder entender bien lo que el Señor nos revela aquí cuando dijo: El reino de los cielos sufre violencia», tendremos que analizar éste versículo en pequeñas porciones y examinar el significado de cuatro palabras claves. Manteniendo esto en mente comencemos ahora con nuestro estudio.
El reino de los cielos sufre violencia palabras claves
Lo primero que encontramos aquí es que el Señor dice: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia…” Aquí existen dos palabras claves que tenemos que examinar. La primera palabra es: “reino”.
La palabra “reino” usada aquí es una traducción de la palabra Griega: “basileia” y parte de su definición es: “poder real, dominio, gobierno; (a. No debe ser confundido con un reino actual, sino que es el derecho y autoridad de gobernar un reino.) [1]” La segunda palabra que debemos examinar es: “violencia”. La palabra violencia usada aquí es una traducción de la palabra Griega: biazō” y parte de su definición es: usar fuerza, aplicar fuerza. Forzar, infligir violencia. [1]”.
Como podemos apreciar, cuando empleamos estas definiciones para interpretar éste versículo, no es difícil llegar a la conclusión que en él encontramos muy bien definido el problema que ha encarado la iglesia desde el inicio. Y es por eso que el Señor nos dice que: «El reino de los cielos sufre violencia«.
Digo esto porque usando estas definiciones para interpretar éste versículo podemos ver claramente que cuando Jesús aquí habla del: “reino de los cielos sufre violencia”, Él no se está refiriendo al cielo donde está el trono del Padre, sino que se está refiriendo a la autoridad y al derecho de gobernar que Dios le entrego.
Es como encontramos en Mateo 28:18 cuando leemos: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” Pero ésta autoridad fue desafiada por el hombre desde el inicio de la iglesia.
Éste desafío es algo que queda muy bien reflejado en Lucas 20:1-2 cuando leemos: “Sucedió un día, que enseñando Jesús al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos, 2y le hablaron diciendo: Dinos: ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?”
¿Qué significa: «El reino de los cielos sufre violencia»
En otras palabras el ministerio de nuestro Señor Jesucristo fue atacado con “violencia” o furia por los religiosos de ese entonces; personas que buscaban satisfacer los deseos de la carne y su apetito por las riquezas de éste mundo, en vez de satisfacer a Dios.
Esto es algo que queda muy bien reflejado en las palabras de nuestro Señor cuando acusaba a los religiosos de ese entonces, (escribas = maestros de la ley; fariseos = sacerdotes judíos), en Mateo 23:27 cuando leemos: “!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”
Ahora debemos preguntarnos: ¿continúan los ataques en contra de la iglesia hoy en día? La respuesta es ¡SI! El problema más serio que encara la iglesia de hoy son las herejías que han sido introducidas dentro del pueblo de Dios.
Estamos hablando de doctrinas inspiradas por demonios y enseñadas por personas avaras y malvadas que solo sirven para tratar de apartar a los verdaderos creyentes de la verdad de Dios, y para mantener a los inconversos alejados de Dios. ¿De qué les hablo?
Estamos hablando acerca de doctrinas como la del movimiento de fe y prosperidad económica. Digo esto porque uno de los puntos principales de ésta doctrina es que cuando se ofrenda, Dios promete devolverle la ofrenda a la personas en forma sobrenatural y multiplicada. Según lo que enseñan algunos de estos supuestos líderes de Dios, ser pobre es un pecado. ¿Puede ser esto verdad?
La respuesta es un absoluto ¡NO!.
Tal parece que todos aquellos que enseñan y promueven esa doctrina se les ha olvidado o simplemente han escogido ignorar lo que el Señor nos dice en Deuteronomio 15:11 cuando leemos: “Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.”
Hermanos si fuera verdad que Dios devuelve las ofrendas de forma sobrenatural y multiplicada a las personas, entonces no hubiese inconversos en el mundo. Todos se convertirían a Cristo por el simple hecho de obtener el beneficio de ser ricos.
Es por eso que nunca podemos ignorar la advertencia que encontramos acerca de todo esto en 2 Pedro 2:1-3 cuando leemos: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.” Dile a la persona que tienes a tu lado: no te dejes engañar.
El Cuerpo de Cristo de hoy sufre ataques que destruyen la fe de muchos, que alejan a otros, y que mantienen al inconverso separados de la presencia de Dios debido a la avaricia y maldad que existe dentro de la iglesia. Estamos hablando de personas que pretendiendo ser instrumentos de Dios buscan hacer mercadería de la Palabra de Dios.
Es por eso que no es fuera de lo común escuchar como algunos venden paños, o aceite, o agua, y declaran que estas cosas le servirán de bendición a la persona, o que sanaran una enfermedad, o que tienen una unción especial que resolverá cualquier problema o situación. Pero ahora debemos preguntarnos: ¿puede algo de esto ser verdad
¿Podemos comprar un milagro o la bendición de Dios?
Creo que la respuesta a esto queda bien ilustrada en Hechos 8:18-20 cuando leemos: “cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.” Dile a la persona que tienes a tu lado: Dios no vende las bendiciones.
¿Quieres ser bendecido por Dios?
¿Quieres conducir una vida llena de bendiciones? No botes tu dinero; no le entregues tu dinero a personas sin escrúpulos que solo buscan satisfacer sus deseos.
Si quieres conducir una vida bendecida, no le entregues al hombre nada en cambio de promesas huecas y sin sentido; si quieres conducir una vida bendecida entrégale a Dios tu corazón. Nunca nos olvidemos de lo que nos dice el Señor en Mateo 5:8 cuando leemos: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”
Habiendo brevemente explorado la violencia que existe en contra del reino de los cielos, es decir la iglesia, ahora preguntémonos: ¿qué tiene que hacer el creyente para evitar ser desviados de la verdad de Dios.
El reino de los cielos sufre violencia
Continuando leemos: “…y los violentos lo arrebatan.” Aquí nuevamente encontramos dos palabras claves que debemos explorar a más profundidad. La primera palabra es: “violentos.” La palabra “violentos” usada aquí es una traducción de la palabra Griega: “biastēs” y parte de su definición es: “fuerte, energético, contundente. [1]” La segunda palabra es: “arrebatan.”
La palabra “arrebatan” usada aquí es una traducción de la palabra Griega: “harpazō” y parte de su definición es: “agarrase de, reclamar para uno mismo con impaciencia. [1]” Aquí en estas dos primeras palabras encontramos lo que todo creyente tiene que hacer para evitar ser desviados de la verdad de Dios, y combatir el ataque constante que existe sobre la iglesia. Dile a la persona que tienes a tu lado: tenemos que fortalecernos.
Tenemos que fortalecer nuestra fe y nuestro espíritu en todo momento. En Salmos 28:8 encontramos que se nos dice: “Jehová es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido.” Tenemos que fortalecernos en Dios porque de no hacer esto, entonces estaremos a la merced de éste mundo.
El poder de Dios en nuestra vida es el que nos entrega la victoria sobre toda situación; el poder de Dios en nuestra vida es el que nos permite vencer toda oposición; el poder de Dios en nuestra vida es el que nos entrega la paz y sosiego en todo momento.
Es como nos dice la Palabra en Salmos 37:39 cuando leemos: “Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.”
Y también en Filipenses 4:6-7 cuando leemos: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Como creyentes tenemos que ser fuertes, robusto, y activos física y moralmente. Esto quiere decir que tenemos que ser el ejemplo a seguir; esto quiere decir que tenemos que perseverar en ser más como Jesús en todo aspecto de nuestra vida.
En Santiago 1:25 encontramos que se nos dice: “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.” Aquí es donde existe la bendición de Dios para el creyente; el que persevera, el que no se desvía, el que no se olvida de lo que ha aprendido y lo comparte con otros, éste será bendecido por Dios. Y todos nosotros que somos bendecidos por Dios tenemos que arrebatar, es decir, reclamar para nosotros y aferrarnos de las promesas de Dios. Pero no solo para nosotros solamente, ya que esto seria algo egoísta, sino que tenemos que luchar por el reino de Dios.
Tenemos que arrebatar de las manos del enemigo a todos aquellos que están perdidos en las falsas doctrinas sin esperanza de ser rescatados. Como creyentes fieles tenemos que revelarle la verdad de Dios a nuestras amistades, familiares y conocidos. Los poderes del enemigo no descansan su ataque en contra del pueblo de Dios, y es por eso que nuestra responsabilidad como creyentes fieles es de luchar haciendo el doble y el triple de lo que hacemos.
No podemos dejar de obrar para el reino de Dios porque la gran realidad de todo es que las cosas van de mal en peor. La violencia ha aumentado, los fracasos financieros han aumentado, los gobiernos alrededor del mundo están inestables. Lo único estable que existe y que por siempre existirá es la Palabra de Dios.
Esto es algo que el Señor nos dice claramente en Mateo 24:35 cuando leemos: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Lo único estable que existe y que por siempre existirá es la verdad de Dios.
Conclusión.
Como hemos podido apreciar, en éste pequeño versículo que hemos examinado en el día de hoy existe un poderoso mensaje. Un mensaje que abre nuestros ojos y oídos espirituales para que podamos ver claramente la falsedad que existe en la iglesia.
No hay que ser un genio para reconocer que el “reino de los cielos”, es decir, la iglesia de nuestro Señor Jesucristo está sufriendo ataques intensivos. En otras palabras, los poderes de las tinieblas aplican fuerza en la vida de toda persona para tratar de separarles de la verdad de Dios.
¿Qué fuerzas aplican?
En realidad existen innumerables fuerzas a su disposición, pero la más común es la influencia o presión social. Digo esto porque existen muchos que buscan ser aceptados y amados por todos aquellos que les rodean, ya que esto les sirve como tipo de fortaleza. Pero una gran realidad es que nuestra fortaleza es solo una, y su nombre es Jesús.
Recordemos siempre que cuando buscamos agradar al hombre, en realidad nunca agradamos a Dios. Guardemos cuidadosamente lo que hemos escuchado y aprendido. En otras palabras, busquemos siempre la voluntad de Dios para con nosotros, y perseveremos en una vida de santidad.
Reclamemos ahora para nosotros la justicia de Dios, y aferrémonos a Sus promesas.
[1] Blue Letter Bible Lexicon .
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